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De luces flourecentes a música electrónica para rockear.

Rise above gonna start a war! Y Foster The People anunciaba que la Guerra había comenzado. Seguidas de las palabras de Mark Foster, el estruendoso eco de los asistentes cantaba con él “Houdini” la melodía que invadía el Estadio de Tenis Telcel, que para ese momento no podía entrar en el ni una persona mas, pues cada una de las butacas estaba ocupada y en cada espacio dentro de la cancha se encontraba ya un espectador, que no admitía a su alrededor ni un poco de aire, mas que algunos empujones, brincos, gritos y uno que otro pisotón.
La armonía de las luces envolvían a los seis chicos en una combinación intermitente de azules a blancos, cada uno de ellos entregándose por completo a su instrumento, mientras Mark hacia lo suyo en el micrófono, se podía notar su emoción desde la primera fila hasta la ultima grada del estadio, terminaría por tropezarse después de tantos brincos y saltos.
Los gritos decaen como en “fade” al compás del final de la primera canción. "This is our very first time in México and we think your city is really cool" Esas palabras enardecieron a la multitud, y entre gritos de chicas ruborizadas por verlos, otros mas todavía extasiados por la música y algunos mas agradecidos por tan honestas palabras de la banda hacia ellos. “¡Te invito a bailar!” era “Miss You” de ritmo rápido y de sintetizadores y batería pegajosas que provocaba que aplaudieran y movieran sus cabezas y al descanso la electrónica se convertía a balada cuando cantaban “Oh I really miss you, miss you I said” y tan pronto terminaba regresaba a su esencia dinámica.
Parecía un juego rotativo entre los integrantes, intercambiándose instrumentos demostrando lo que es ser realmente un músico, para cuando los asistentes estaban ya entrados dentro del ambiente de fiesta que habían creado, un tanto de electrónica en 8 bits sale disparada de uno de los sintetizadores acompañada de platillos, era “Hustling (Life on the Nickel)” todos sabían lo que proseguía tras tan particular intro, “Yet again, I'm hustling, hustling, hustling” y las voces de los miles de asistentes se volvían una sola.
Un respiro por favor, habían tocado apenas tres canciones, pero el publico necesitaba un descanso, que comenzara “Broken Jaw” era un alivio de mas de cinco minutos, o al menos por los momentos en que Mark cantaba una balada, pero el clímax era propiedad de los instrumentos, en especial de la batería que Mark Pontius tocaba a tal grado de provocar que el piso de la cancha de tenis tapizado cimbraba con cada uno de los golpes en los platillos. Era momento de calmarse, de dejarse llevar, de escuchar con atención “I Would Do Anything For You” era una canción que demostraba que los chicos de Foster The People debían ser escuchados de verdad. Enamorados estaban, enamorados los tenían “Oh la love, I’ve fallen in love…” Cantaba más el público para ellos en forma de agradecimiento.
Hombros arriba, hombros abajo, hombros arriba, hombros abajo… así bailaba Mark mientras cantaba, en especial en “Waste” cuando se sentó a tocar el teclado, movió su cabeza de un lado a otro hasta terminar la canción. No dejo su lugar, tan solo anuncio que tocarían una canción que llevan un tiempo sin tocar en vivo “Love” Quizás el momento mas tranquilo de la noche, sirvió un tanto para que los cuerpos apretujados se separan un poco, para que otros en las gradas pudieran sentarse un instante, la combinaciones de luces se tornaron de azules a rojas, un tanto drástico pero la ocasión lo ameritaba, resultaba muy “adoc” a la letra de la canción.
Probablemente nadie se dio cuenta en ese momento, pero no habían tocado ningún sencillo, si aquellos “posers” que estaban exasperados por no poder identificar ninguna canción estaban a punto de escuchar el primer single de la noche, no parecía serlo, algunos se preguntaban ¿Cuál es esa? Un intro largo que nadie lograba identificar, platillo, sintetizador, platillo y comenzaron a saltar y gritar a todo pulmón como si fuese una competencia de voces “Call It What You Want!” a cada “Yeah, Yeah” Mark le prestaba su micrófono a los asistentes y ellos gritaban mas fuerte.
La gente creyó que descansaría por un momento, jamás imaginaron que Mark tomaría una guitarra y lanzaría de inmediato otro sencillo “Don’t Stop (Color on the Walls)” las luces parpadean de azul a verde en un instante, no sonaba a ellos, sonaba a rock, quizás por la emoción, quizás por ser en vivo, quizás porque no era una guitarra acústica, por la razón que fuera sin duda se obtuvo el mayor éxtasis del publico, ¿Saben ese chiflido pegajoso? Probablemente se quedo impregnado en las paredes, así como se quedo impregnado en nuestras mentes, la primera vez que lo escuchamos, repetían el “Don’t stop, don’t stop, don’t stop…” probablemente mas de veinte veces y entonces la mayoría de los asistentes ya habían dejado de cantar y Mark ya se había caído un par de veces.
Otro respiro por favor y la mayoría de los cuerpos ya sudados se despegaban de otros, tomaban cerveza para refrescarse la garganta, y otros mas seguían gritando “I love you guys!” un descanso mas, pero mas que una canción un himno “Warrant” les daba un respiro.
Estaba tomando su guitarra de nuevo, la alineación daba un giro y aquellos que estaban sentados en gradas sabían que debían levantarse. Se volvió costumbre ver a los integrantes sonreír todo el tiempo, todos ellos de jeans ajustados y playeras a la moda, resaltaban sus converse pero mas su felicidad, con el cabello ya despeinado Mark y la pandilla saludaron a su publico y salieron corriendo del escenario; las luces se apagaron, en un momento se sintió un silencio profundo y una oscuridad infinita, no tardaron mucho y en diferentes puntos del lugar ya se escuchaban algunos gritando “¡Foster!, ¡Foster!, ¡Foster!” en una de las esquinas de las gradas “¡Otra!, ¡Otra!, ¡Otra!”, mas al fondo en la cancha otros mas despiertos exclamaban “¡Pumped Up Kicks!” Las luces se encendieron de vuelta en tonos azules, venían… no. Era el mariachi de nuevo, el mariachi que había sorprendido a todos al inicio del concierto, venían ya tocando la canción que todos habían estado esperando, gritos, brincos, aplausos no era Foster The People, pero era un mariachi que tocaba a la perfección y las trompetas y violines erizaban la piel de cualquier tapatío, tuvieron su momento marcaron el ritmo de la entrada e invitaran a unirse a Mark Foster, Mark Pontius y Cubbie Fink que venían vestidos para la ocasión, un sombrero de charro para sentirse muy mexicanos por ser bien recibidos, toman sus puestos y la electrónica se une armoniosamente a los sonidos folklóricos, cada una de las personas en el estadio canto junto a ellos, un eco impresionante y miles de voces unidas, ya entrados en el coro el mariachi se despidió y el publico aplaudía su sorprendente actuación, Mark los dejo cantar con ellos el estribillo que los había hecho famosos “All the other kids with the pumped kicks…” una y otra vez, hasta un punto en donde no sabían cuantas veces lo habían repetido, se había convertido en una versión en remix, que se alargó para que no pudiese ser olvidada, los cuerpos bailaban porque sonaba a nuevo, como una canción que te gusta desde el primer momento en que la escuchas. Silbaron y eso sí, sonaba a cliché, podrías no conocer la letra de la canción, pero seguro podías silbar ese sonidito tan particular. Mark corría por el escenario de un lado a otro hasta que se dejo llevar y se adentro a absorber un poco del amor y euforia de sus fans, ellos lo tocaban y el dejaba que lo tocaran a él, canto así junto a ellos el ultimo estribillo, para que finalmente los guardias lo sacaran de la masa de gente que se había conglomerado a su alrededor, un ultimo beso, una ultima veneración, una ultima sonrisa y dijeron adiós, las luces se apagaron y algunos muchos seguían silbando.

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