2008年 07月 7日 月曜日 12:18
Los amos, poco mas puedo decir, despues de que su disco anterior, Miasma, me dejase un poco frío, sacaron esta pedazo de bestia llamada Nocturnal, que para mi poco tiene que envidiarle al Unhallowed. No esta mal la crónica que hizo RockHard en su número 14, quizás esa excusa, para no darle mas nota, de que el disco se hace corto… a este le dan el Reign in Blood de Slayer y no le pone un 10 por que dura 1/2 hora.
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The Black Dahlia Murder
Nocturanl
No creo que haya alguien a estas alturas que siga dudando que haya un relevo generacional y una cantera de grupos empujando fuerte desde abajo que permita ser muy optimistas de cara al futuro.
Y encima, la mayoría de ellos añaden a su juventud una tremenda calidad que coloca el listón muy alto. The Black Dahlia Murder no son precisamente la excepción. Emparentados con eso que algunos han dado en llamar deathcore, pero bebiendo de todas las fuentes posibles e imaginables (del black al thrash, pasando por los clásicos), el tercer trabajo del quinteto de Detroit es una fuerza de la naturaleza desbocada que te arrastra a lo largo de todos sus cortes.
Desde las primeras notas de Everything Went Black el grupo te empuja sin remisión a su mundo de horror, muertos vivientes y demás seres que pueblan la noche, sedientos de sangre y vísceras como si de una película de George A. Romero se tratase.
Una vez dentro nada te puede salvar. Uno a uno van cayendo los trallazos directos a tu cerebro: What a Horrible Night To Have a Curse, I Worship Only What you Bleed, Deathmask Divine, la genial To a Breathless Oblivion, y la traca final, la increible Warborn que cierra el disco.
Lo que mas sorprende es la seguridad y el buen hacer que muestran tanto el guitarrista Brian Eschbach como el cantante Trevor Strnad, en la música y las letras respectivamente. Quizá el único punto negro del álbum, por poner alguno, es que es tal su intensidad y la fuerza que transmiten que se te hace muy corto. Los diez temas pasan de un plumazo.Pero que cojones, para eso se inventó la tecla repeat, no?
Carles Sastre